¿MEMORIA O CONOCIMIENTO?


A veces, y confieso que yo soy uno de ellos, la gente se jacta de la buena memoria con la que cuentan. ¿Pero que es tener verdaderamente buena memoria y para que sirve?.
Hay quienes la aplican para recordar sin tener que hacer uso de ningún apunte de todo aquello que consideran importante deben recordar en sus estudios, en sus trabajos, en su vida cotidiana.
Hay quienes la aplican para archivar en algún lugar de su cerebro datos que el resto de los mortales olvidamos al instante de haberlo vividos y que años después aparecen estos sujetos para recordarnos que la Tia Gregoria se casó con el Tío Aparicio un 8 de Diciembre día de la Virgen hace 39 años, que llovió torrencialmente toda la mañana y que luego de la boda salió el sol, además te dicen hasta como ibas vestido para rematar con un "¡como no te vas a acordar!".
Hay quienes la aplican de manera selectiva, en donde unos solo recuerdan los que les conviene, después andan haciendo piruetas mentales para recordar que debían recordar y otros se quedan con lo que verdaderamente vale la pena recordar.
Hay quienes la aplican como arma defensiva, entonces tienen almacenados hechos, frases, gestos, olvidos, viejas heridas, recuerdos olvidados, rencores dormidos, perdones no perdonados a los que apelan en determinado momento para diciendo: "Mira yo tengo buena memoria y recuerdo que..." para partirnos al medio cual misil que da en la línea de flotación de un velero.
¿Que es tener buena memoria?.
¿Para que acumular tanta información si no sabemos como ni cuando aplicarla?.
Es como pretender andar con los libros y cuadernos de la escuela aún encima siendo adultos.
Que necesidad si el conocimiento ya está, ya fué dado y recibido. Tal vez no haya sido del todo incorporado, pero todos en mayor o menor medida sabemos de lo que hablamos.
Entonces uno se encuentra con que la memoria son mucho material de desecho que si fuera tangible lo dejaríamos en la calle para que alguien se lo llevase, un paquetito de muy buenos recuerdos, par de bultos de cuestiones con las que uno se encariña y el resto es conocimiento, mucho o poco, pero conocimiento.
La respuesta a cada pregunta que nos hacemos cada día.
Y allí en ese preciso momento en el que tenemos que decidir, no hay enciclopedia, ni apunte, ni ayuda memoria. Estamos con lo mejor o lo peor de nosotros mismos, con lo que hayamos elegido convivir, con toda nuestra mayor sabiduría y ante la presencia de nuestro maestro interior.
Curioso resulta descubrir que lo que empieza por la mente como un pensamiento termina escuchando lo que dicta el corazón a la hora de tomar una buena decisión.
Andamos por la vida cargando nuestro "disco duro" de tanta información basura, que no nos damos un momento para limpiarlo y desfragmentarlo.
Nos creemos inmunes y somos tan vulnerables que como niños necesitamos entretenernos en nimiedades para no hablar de lo que si es importante.

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