
Un neurólogo asegura que si una persona es atendida dentro de las primeras 3 horas tras el derrame se puede revertir todo efecto… por completo. El chiste es reconocer el infarto, diagnosticarlo y comenzar a darle atención médica al paciente dentro de ese lapso de 3 horas… cosa nada fácil.
A veces los síntomas son difíciles de identificar, desgraciadamente la falta de conocimiento provoca desastres. La víctima de un derrame puede sufrir graves daños
cerebrales cuando la gente no reconoce los síntomas.
Los 3 simples pasos son:
1. Pide a la persona que SONRÍA.
2. Pide a la persona que HABLE y DIGA UNA FRASE SENCILLA (de forma coherente)… por ejemplo: “Qué calor hace hoy”.
3. Pide a la persona que LEVANTE AMBOS BRAZOS.
4. Pídele que saque la lengua.
Si la lengua está chueca o semi-enrollada, o si se va para un lado o el otro, es clara indicación de un derrame.
Si la persona tiene dificultad con cualquiera de estos 3 simples pasos, llama inmediatamente a Emergencias o cualquier sistema médico de urgencias y descríbele estos síntomas a la operadora.
Las personas que han sobrevivido a un derrame cerebral y dejan de tomar su receta diaria de aspirina triplican el riesgo de sufrir otro en menos de un mes, según indica una investigación.
Las aspirina es la terapia estándar para los pacientes de derrame cerebral.
Se ha demostrado que la aspirina reduce el riesgo de sufrir un derrame cerebral recurrente en cerca de 25%.
Pero un estudio realizado en Suiza plantea que el efecto protectivo se pierde rápidamente cuando no se toma más la aspirina.
Si se confirman, los resultados de esta investigación podrían obligar a replantear el presente consejo de que los pacientes dejen de tomar la aspirina en los días previos a someterse a una cirugía menor.
Cada año en Inglaterra y Gales, más de 130.000 personas sufren de un derrame cerebral y, de éstos, más de 53.000 son recurrentes.
Los investigadores dicen que su trabajo resalta la importancia de seguir la terapia con fidelidad.
Para realizar el estudio, los científicos suizos enfocaron su trabajo en 309 pacientes que habían tenido un derrame o un principio de derrame y después habían sufrido otro episodio.
A todo este grupo de personas se les había colocado, por lo menos inicialmente, bajo una terapia de aspirina a largo plazo.
Los investigadores revelaron que encontraron 13 casos en los que los pacientes habían dejado de tomar sus aspirinas en las cuatro semanas antes de sufrir su último derrame.
Para poder comprobar que este resultado era significativo, los científicos encontraron otro grupo de 309 pacientes de apoplejías, a los que también se les recetó aspirina pero no habían sufrido otro derrame.
En este grupo, sólo cuatro pacientes admitieron que habían dejado de tomar sus pastillas durante las cuatro semanas que fueron encuestados.
A partir de ahí, los investigadores, que presentaron sus hallazgos durante una conferencia de la Asociación de Apoplejía estadounidense (American Stroke Association), calcularon que descontinuar la terapia de aspirina aumenta en más de tres veces el riesgo, a corto plazo, de sufrir un derrame recurrente.
Sin embargo, admitieron que se necesitan más trabajos similares para confirmar sus conclusiones.
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