LOS ANIMALES USAN UN LENGUAJE COMPLEJO SIMILAR AL HUMANO
Los cantos de la ballena jorobada son una de las expresiones de comunicación más complejas del reino animal. Investigadores dirigidos por un científico del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT han confirmado matemáticamente que el lenguaje de estas ballenas posee su propia sintaxis, y que está compuesto por unidades de sonido que a su vez generan “frases”. Éstas, además, pueden combinarse para formar cantos que llegan a durar hasta varias horas, señala un comunicado del MIT. Hasta ahora, la capacidad de utilizar estructuras jerárquicas de comunicación había sido detectada sólo en humanos, pero la comunicación animal parece que aún nos reserva algunas sorpresas. Los investigadores señalan que, aunque no puedan considerarse como una lengua en el sentido más estricto, sí que han podido constatar que los cantos de la ballena contienen elementos lingüísticos evidentes.
Los resultados de este estudio, que ha llevado a cabo el investigador Ryuji Suzuki, un estudiante graduado de la Harvard-MIT Division of Health Sciences and Technology, han aparecido publicados con más detalle en el Journal of the Acoustical Society of America, y suponen una nueva perspectiva para el estudio de la comunicación animal. La limitación de los sentidos del olfato y la vista bajo el agua ha hecho que los mamíferos marinos sean más dependientes del sonido, que puede viajar cuatro veces más rápido que el aire bajo la superficie del mar. Así, lo usan para comunicarse, y han generado una forma de lenguaje diferente al de los mamíferos de los hábitats de la superficie de la Tierra.
Durante seis meses al año, los machos de ballena jorobada de cada población entonan el mismo canto durante la época de apareamiento. Este canto atrae a las ballenas hembra y, sorprendentemente, evoluciona con el tiempo.
Suzuki y sus colegas, John Buck (ingeniero electrónico de la Universidad de Massachussets en Dartmouth, y Peter Tyack (biólogo de la Woods Hole Oceanographic Institution de Massahussets, aplicaron una herramienta teórica para realizar el estudio: se trata de un sistema matemático empleado para medir los datos de codificación y transmisión de dicho canto.
Con esta herramienta, pudieron analizar los complejos patrones de los gemidos, gritos y trinos de los cantos de las ballenas. Suzuki ha colaborado con estos científicos en el desarrollo de un programa informático que descompone los elementos del canto de las ballenas y asigna un símbolo conceptual a cada uno de ellos. Lo que pretendían era saber si podían diseñar un programa que permitiera a los expertos clasificar las estructuras inherentes al lenguaje de las ballenas. Utilizaron el programa para analizar las características estructurales de los cantos de la ballena jorobado, cantos que fueron grabados en Hawai. Para medir la complejidad de uno de dichos cantos, Suzuki analizó la cantidad media de información que se transmite en cada uno de los símbolos.
Después, pidió a observadores humanos, que no sabían nada de la estructura del canto de las ballenas, que clasificaran los símbolos obtenidos según su complejidad, redundancia y la posibilidad de que fueran predecibles. El modelo informático y los observadores humanos coincidieron en la ordenación: los cantos tenían una estructura jerárquica, al igual que el lenguaje humano (es decir: fonemas forman palabras, palabras forman frases, frases forman conversación…etc.)
Pero en comparación con el lenguaje humano, que puede generar 10 bits de información por cada palabra que se dice, el canto de las ballenas alberga menos de un bit de información por segundo. A pesar de esta diferencia, y de que el lenguaje de las ballenas no tiene por lo demás mucho que ver con el nuestro, se ha revelado que las ballenas se comunican de una manera compleja, como nosotros.
La estructura del canto de la ballena jorobada es repetitiva y rígida. Las ballenas repiten frases únicas compuestas de segmentos cortos y largos para producir su canción. Hay numerosas escalas de repetición, que además denotan cierta periodicidad.Una escala está formada por seis unidades, aunque la más larga puede llegar a tener hasta 400. La periodicidad combinada es lo que otorga al canto su estructura jerárquica.
Gracias a este método, se ha podido realizar una análisis cuantitativo de la complejidad y estructura de los cantos, los “huesos” estructurales de los cantos, puesto que el programa informático desconoce el significado de éstos.
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