SALVEN A LOS CARTEROS


Los carteros son esa especie en extinción que transita las ciudades del mundo cada vez con menos trabajo y sin saber como combatir a internet.
Deben ser de los pocos que siguen pensando que "todo tiempo pasado fué mejor".
Cuando los primeros carteros iban y venían con las cartas de nuestros próceres.
Hoy muchos ni saben quienes son ni que hicieron esos que estan en el bronce.
Antes los carteros llevaban declaraciones de guerra.
Hoy no entienden como perdieron tanto territorio sin ninguna declaración.
Antes los carteros traían cartas de amor.
Hoy en la mayoría de los casos son de "amor a las finanzas" de quien la envió.
Antes los carteros venían con sol y con lluvia, en el más crudo invierno y en el más torrido verano.
Hoy si no vienen, mejor.
Antes los carteros odiaban los perros que los sacaban corriendo apenas atravesaban el umbral.
Hoy los miran detrás de las ventanas sin molestarse en ladrar.
Antes los carteros eran un miembro más de la familia, se sabía que día, a que hora pasaba y que nos podría traer.
Hoy son extraños personajes que andan cargando malas noticias.
Antes los carteros traían algo más que facturas, resúmenes y vencimientos.
Hoy temen quedar desempleados sin aviso previo.
Pero esta mañana algo me sorprendió cuando miré el buzón.
Esperando encontrar las típicas cuentas del mes, me encontré con un sobre color rosa, más chico que lo convencional, escrito a mano por una letra muy conocida, tanto que no podía terminar de entender que pasaba, ¿porque mi hija que esta a 9.942 Km estudiando y con quien hablo casi a diario me había mandado una carta por correo?.
Era una carta de amor perdida en el tiempo que me llenó de alegría.
Entonces entendí que hay señales que hay que dar, mensajes que enviar, palabras que se pueden decir, afectos que se tienen que demostrar y sentimientos que se deben escribir y mandar. Porque escribir en un papel es plasmar y mandar por correo es soltar algo más que un "mimo virtual".
Le agradecí al cielo los hijos que Dios me dió y me quedé pensando en el cartero a quien no pude ver pero debe haber sido un viejo funcionario del correo de zapatos gastados que entregó esta carta y se retiró.
Ojalá me equivoque, pero creo que hoy me visitó el último de los carteros.
Gracias Majo por tanto amor.

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