Desde la Grecia antigüa llega a nosotros la idea de que hay que estar muy atentos para aprovechar la oportunidad que cuanto se nos presenta.
Por entonces no solo el espíritu helenico hizo de la Ocasión una diosa considerándola hija de Zeus, sino también los romanos siguieron la misma línea de pensamiento.
En sus esculturas se la puede ver representada con pequeñas alas, símbolo de que en cuanto nos descuidamos ella levanta vuelo. Esta parada sobre una rueda dando a entender que con nada es seguro por estar sujeta a los vaivenes del azar. Aunque el detalle más característico es su cabello ya que mientras un importante mechón le enmarga la cara, desde la coronilla a la nuca es absolutamente calva.
De allí proviene el dicho popular.
Es solo un modo de recordar que cuando la Diosa Ocasión se hace presente es necesario tomarla de los pelos para no dejarla escapar. Porque si alguien le pone una mano en si calva, ella se escapa.
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