
Éste es un dicho que forma parte de la expresión "llevarse como Tirios y Troyanos", debido a la proverbial enemistad entre estos dos pueblos de la Antigüedad.
En más de una oportunidad se ha escuchado hablar de sirios y troyanos, involucrando al pueblo sirio en una lucha con la que nada tiene que ver ni siquiera remotamente.
Tirio era el gentilicio de los habitantes de Tiro.
Al parecer, el origen de esta famosa expresión está vinculado con la legendaria guerra de Troya. Pero la guerra de Troya la libraron griegos y troyanos. Y los tirios no eran griegos, sino fenicios, descendientes de los antiguos cananeos de los que mucho se habla en el Antiguo Testamento de la Biblia.
Los tirios no participaron en la guerra de Troya, no obstante, a pesar de que eran más comerciantes que guerreros, tuvieron muchos conflictos bélicos con los griegos.
En tiempos remotos los tirios fueron aliados de los israelitas, sin embargo estos los desalojaron de sus tierras y los obligaron a emigrar hacia los lugares donde fundaron las famosas ciudades fenicias de Sidón, Biblos, la propia Tiro y Cartago. Mil años antes de Cristo, Hirán, monarca de Tiro, hizo una gran alianza con Salomón, rey de Israel; y otro rey tirio, Itoabal, dio a su hija en matrimonio a Acab, también célebre rey israelita .
Algún tiempo después los fenicios se aliaron con los griegos, a los que se sometieron después de que Alejandro Magno derrotara al emperador persa, Darío, en la batalla de Issos, para convertirse en el amo del mundo entonces conocido. Pero los tirios, aunque reconocieron como señor a Alejandro, no le permitieron que entrara a su ciudad, como lo hicieron las otras ciudades fenicias. Entonces Alejandro, furioso, marchó contra la orgullosa Tiro y tuvo que sitiarla durante siete meses hasta poder doblegarla y tomarla.
Posiblemente de esa feroz y épica resistencia de los tirios al asedio de los ejércitos griegos de Alejandro, se derivó la expresión sobre tirios y troyanos cuando se quiere referir a enemigos o adversarios irreconciliables.
Otra versión, más creíble, traza el origen de la expresión a la rivalidad entre cartagineses y romanos, ya que los primeros eran de ascendencia tiria y los segundos pretendían ser de ascendencia troyana (Eneas).
Una cosa son los Tirios y otra los Sirios; los Troyanos siempre fueron como un virus gente muy jodida.
¿Vieron?. No cuesta un carajo hablar bien y da un beneficio de la gran puta.
Por la Prof. Frígida Perpetua Vordaberri de Blanco.
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