¿A QUIEN RESPONDE LA MASONERIA?

Albert Pike nació en Boston el 29 de diciembre de 1809. Estudió en Harvard y sirvió como General de Brigada en el Ejército confederado. Alcanzó el grado 33º de la francmasonería en la Orden del Antiguo Rito Escocés Aceptado y desempeñó el rango de
Comandante Magnífico de la Francmasonería norteamericana a partir de 1859, y se mantuvo en esa elevada posición hasta su muerte en 1891. Está recogida en su biografía que era un ferviente satanista que rendía culto a Lucifer como “Señor de la Luz” y se comunicaba con él. Leyenda o realidad, en su célebre tratado masónico “Moral y Dogma del Antiguo y Aceptado Ritual de la Francmasonería“, reconoce a Lucifer como “el instrumento de la Libertad y la voluntad libre”.
Con ello retoma el mensaje del antiquísimo dios de la Luz, identificado como portador del Conocimiento, la Luz y la iniciación y como oferente de la Libertad e Igualdad. Pike trabajó estrechamente con el revolucionario italiano -fundador de la Mafia- Giuseppe Mazzini, quien también ostentaba el grado masónico 33º y lideraba a los Iluminados desde 1834. Junto con Mazzini y otros dos importantes maestros masones -Lord Henry Palmerston, en Inglaterra, y Otto Von Bismark, en Alemania- Pike se propuso crear una gran plataforma satánica que reuniría a todos los altos grados de los diferentes grupos masónicos.
Con ello, se retomaba el objetivo luciferino de liderazgo mundialista perseguido por el fundador Adam Weishaupt.
Otro dato imprescindible para una correcta lectura de cuanto aquí se expone, es la aceptación de que los términos “Lucifer” y “Satán”, así como los calificativos derivados, no tienen la misma significación valorativa en todos los contextos culturales. Si se pretende comprender - lo que no implica aceptar ni compartir - a quienes durante milenios han sido fieles a los postulados luciferinos, hay que entender previamente que, para muchos de ellos, Lucifer o “Portador de la Luz” no se corresponde con el arquetipo creado por la Iglesia Católica. Se le considera una deidad muy anterior al cristianismo y muy próxima a los hombres, a quienes ha enseñado el conocimiento de cuanto se precisa para ser la especie suprema y conseguir dominar el mundo. Recordemos el pasaje de la Biblia que recoge la propuesta formulada por Lucifer en el pasaje de la tentación de Cristo: “si me adorares tendrás el mundo a tus pies.”