HERCULES


Nos representa. Es el héroe, el forzudo del pueblo con el espíritu redentor de Don Quijote. El semidiós que quiere elevarse de su condición mortal.
Es el hijo de Júpiter, eterno y de Alcmena, terrena.
Odiado por Juno, esposa legítima de su padre, madre formal, vengativa y celosa. Envió dos serpientes a su cuna, cuando contaba sólo con ocho meses de edad, para que den muerte temprana.
Hércules casi bebé, las mató con total naturalidad, sin esfuerzo, en defensa propia, custodio de su destino superior. Tamaña era su fuerza y decisión.
Tuvo excelentes maestros, hasta el famoso centauro Quirón. El rey de Mecenas, Euristeo, con quien estaba ligado por un decreto de la Suerte, lo llamó para confiarle doce trabajos imposibles:
-“¿Qué hay de tu educación, Hércules?”.
-“En todas las realizaciones soy experto. Conozco las artes, ciencias y libros. Domino las destrezas del campo, de la navegación y de la caza. Pero te advierto mi señor que he matado a todos mis maestros. Los he superado.”
-“Los héroes se prueban en las acciones. No te vanaglories hijo mío y demuestra la naturaleza de esa libertad que sientes, tu profundo deseo de servir.”
El maestro llamó y los dioses vinieron.
Ellos dieron a Hércules sus dones y mucha palabras de consejo, conociendo los trabajos que tenía por delante y sus peligro.
Minerva le entregó su túnica, Vulcano forjó para el héroe un pectoral de oro, Neptuno legó un par de caballos. Mercurio una rara espada en estuche de plata: “debe dividir y cortar”, le dijo. Apolo le entregó un arco de luz.
De pronto Hércules corrió hacia un bosque cercano, ante la mirada perpleja de los dioses.
Volvió del fondo del bosque sosteniendo un enorme garrote de madera: “Este es mi regalo. Nadie me lo impuso y esto si lo puedo usar desde mi propio poder. Dioses observen mis hazañas supremas.”
Y entonces, solo entonces, el maestro dijo: - “Sal a trabajar”.
Y encomendó:
1.- Atrapar a las “Yeguas” devoradoras de hombres.
2.- Capturar al Toro de la Isla de Creta.
3.- Traer las Manzanas de oro de la sabiduría.
4.- Atrapar a la Cierva.
5.- Matar al León de Nemea.
6.- Apoderarse del cinturón de la Reina de las amazonas.
7.- Agarrar al Jabalí en Erimanto.
8.- Destruir la Hidra de Lerna.
9.- Ahuyentar las aves de Estinfale.
10.- Matar a Cerbero, guardia del infierno.
11.- Limpiar los establos de la corrupción de Augías.
12.- Capturar la manada Colorada de Gerión.
Muchas veces se desorientó; otras fracasó.
En algunos aspectos tuvo éxito parcial, más no declinó su aspiración de elevarse y servir, de entregarse al bien de todos y agotando los deseos de su personalidad al surgimiento y brillo de su alma.
Fatigado por los doce trabajos realizados, regresó victorioso y humilde a los pies del Maestro que lo recibió diciéndole: -“Bienvenido, Hércules. La joya de la inmortalidad es tuya. Has superado lo humano, y ganado lo divino. Has llegado al Hogar para no dejarlo más. En el firmamento estrellado está escrito tu nombre para siempre. Tus tareas cósmicas comienzan”.
La muerte es una ilusión para los que viven y creen que existe un lugar de descanso total. Los héroes no sueñan intervalos, libres de fatigas, ni aún llegando a la condición de dioses.
Como a Hércules, la vida nos depara a todos, sin excepción, alguna prueba más de idoneidad, de inteligencia. En la tierra o en los cielos.

De Enrique Mariscal

No hay comentarios: