ULTIMA POWER, UNA TORRE CON UN MILLON
DE VECINOS Y 3 KM. DE ALTO
La respuesta arquitectónica al problema de la superpoblación en las ciudades parece estar en construir edificios más altos y con mayor capacidad. Lo vimos con la Eco Tower de Londres y volvemos a encontrarnos con algo similar con Ultima Tower, un proyecto impresionante que incluye una torre de 3’2 kilómetros de altura. Para hacernos una idea de la envergadura de esta obra, ahí va un dato: el ascensor tardaría 9 minutos y 40 segundos en ir desde la planta baja hasta el piso superior. Y eso que la velocidad de subida prevista es de 21 kilómetros por hora.
De momento este proyecto no tiene una ubicación fija para su construcción, pudiéndose llevar a cabo en cualquier ciudad con un gran número de habitantes y gran densidad de población. Si algún día llega a construirse se convertiría en el edificio más alto del mundo, por encima del Burj Dubai (actualmente en construcción). Casi se acercaría al Mulhacén, que con sus 3.500 metros es la montaña más alta de la Península Ibérica.
Con unas formas inspiradas en un termitero, este edificio presenta unas cifras mastodónticas en absolutamente todas sus medidas. Hasta 1 millón de personas podrían vivir en su interior, aprovechando los 1.500 kilómetros cuadrados de extensión total que posee. La base mide aproximadamente 1’8 kilómetros de diámetro y va estrechándose a medida que se asciende, espacio a través del que se distribuyen las viviendas. Los múltiples jardínes aportan el toque natural en contraste con los elementos arquitectónicos. Cada dependencia dispone de unas excelentes vistas panorámicas y aire fresco. Aunque viviendo a 3.000 metros de altura no es recomendable intentar disfrutar de ese aire si sopla el viento.
El concepto de la Ultima Tower ha sido desarrollado por Eugene Tsui, cuyo objetivo es solventar dos graves problemas de las grandes urbes de una sola tacada. Por un lado, su intención es reducir el impacto medioambiental de los edificios en el planeta, ya que de seguir así la superficie de la Tierra terminará por estar totalmente cubierta de edificios. Por otra parte, también pretende ofrecer un espacio más adecuado a las necesidades de una población cada vez más numerosa.
Suponemos que las medidas de seguridad estarán a la altura (nunca mejor dicho). En caso de emergencia, las evacuaciones podrían suponer un auténtico caos. Tampoco queremos imaginarnos el enfado de los vecinos de los pisos superiores si se estropea algún ascensor. En esos casos subir la bolsa de la compra puede convertirse en una aventura de varios días.
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