EL REBELDE DESCONOCIDO
En las guerras y revoluciones hay cientos de héroes cuyos actos quedan en el anonimato. Y hay individuos, que, con un único gesto, pueden convertirse en el símbolo de la propia revolución. Ese es el caso de Wang Weilin.
Este joven chino protagonizó una de las imágenes más impactantes de la Revolución de Tiananmen. Firme e inmutable frente a una columna de tanques del Ejército Popular de Liberación, Wang fue la imagen más representativa del movimiento estudiantil chino de junio de 1989, que terminó aplastado por el régimen. Sin embargo, desde aquel gesto heroico de la Primavera de Beijing que dio la vuelta al mundo, poco se sabe de Wang. Ni siquiera si es ése el apellido.
Su nombre no figura entre la larga lista de represaliados por el régimen comunista chino a raíz de la revolución; tampoco figura entre el aún incierto número de personas masacradas en Tiananmen; ni entre aquellos que lograron asilo fuera de China.
La diminuta figura de Wang -que curiosamente significa rey en chino mandarín- parece haberse evaporado como el sueño democrático de los estudiantes chinos en aquella gran avenida de la Paz Eterna, de Beijing.
El único dato seguro, proveniente del Centro de información sobre los derechos humanos y el movimiento democrático en China, es que Wang Weilin nunca fue acusado formalmente de rebeldía o de conspiración por el Gobierno de China. Informaciones provenientes de Beijing aseguran que Wang Weilin -o como se llame en realidad- sigue con vida en el interior de China, sin que las autoridades hayan hecho un amago por procesar su osadía.
El paradero de Wang y su propio destino son una de las historias más confusas generadas por la rebelión juvenil. En 20 años de protagonizar aquel plante a los carros de combate, en Hong Kong se ha rumoreado de todo. La última de las teorías era que Wang había sido procesado en secreto y condenado a cadena perpetua.
El Centro de información cita un documento interno del Partido Comunista Chino remitido por la oficina de Taiwán en Beijing, según el cual el secretario general del partido, Jiang Zemin, declaró a un interlocutor taiwanés, en diciembre de 1990, que ignoraba la suerte del hombre del tanque.
«No lo encontramos», dijo entonces Zemin, más tarde convertido en presidente del país.
Jiang también desmintió la identidad del valiente, que para ciertas fuentes era Wang Weilin, de 19 años. «Hemos obtenido su nombre por los periodistas. Hemos verificado con la informática, pero no hemos podido encontrarlo entre los muertos ni entre los prisioneros», añadió el secretario general.
La historia de Wang Weilin es, sin duda, una de las más inquietantes para los medios de comunicación, acostumbrados atrapar a los héroes en sus portadas o en sus programas televisivos.
Sin embargo, la revista estadounidense Time no ha podido atrapar a Wang en su galería de retratos de los personajes que marcaron este siglo. El «rebelde desconocido» aparece esta semana en Time en la gloriosa y única imagen que de él existe, junto a otros estadistas, desde Adolf Hitler hasta Juan Pablo II, en un amplio especial denominado Los 100 líderes y revolucionarios de este siglo.
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