CUANDO UN VATIO HACE LA DIFERENCIA
Una empresa familiar de Nicaragua, que se dedica a expandir los beneficios de la energía solar en zonas rurales, fue premiada con el galardón que otorga la fundación inglesa Ashden a organizaciones que promueven el uso de energía sostenible.
Entre los nominados de países como China, India, Uganda y Etiopia, se encontraba Ecami, una compañía del sector de las radiocomunicaciones, que se fundó en 1982.
"Mi papá (Luis Lacayo) importó los primeros paneles solares por necesidad", contó Lacayo. "En los ochenta, Nicaragua todavía estaba sumida en la guerra civil".
"Buena parte de la red eléctrica había sido destruida y debido a la gran cantidad de áreas rurales, se necesitaba energía para los radio comunicadores", señaló el representante de la compañía galardonada este jueves.
Según Lacayo, Ecami ha instalado más de 5.000 sistemas solares y, a través de los proyectos comunitarios, estima que ha beneficiado, directa e indirectamente, a unas 100.000 personas en Nicaragua.
El premio Ashden es el reconocimiento en metálico más generoso que se le otorga a una iniciativa ambientalista.
Uno de los aspectos más satisfactorios de trabajar con las comunidades, según Lacayo, es ver que los centros de salud de áreas remotas de la nación centroamericana pueden atender a los pacientes incluso después de que se oculta el sol y contar con refrigeradoras para vacunas y con nebulizadores.
"Cuando no se tiene electricidad, un watt (vatio) puede hacer una inmensa diferencia en la vida de las personas", indicó.
Un panel solar es un dispositivo que capta la energía de la radiación solar y la transforma en electricidad, la cual queda almacenada en una batería y después es usada para iluminar o para hacer funcionar aparatos eléctricos.
También hay colectores solares que producen agua caliente para uso doméstico.
De acuerdo con Lacayo, Ecami trabaja en coordinación con organizaciones no gubernamentales.
Las instalaciones de los paneles solares no sólo son responsabilidad de Ecami, en algunos casos, los habitantes de zonas remotas del país deben aportar burros o caballos para transportar los materiales.
"Una de nuestras experiencias más positivas se dio en la comunidad de Valle Centro, en el occidente del país. Allí instalamos un sistema de bombeo de agua para satisfacer la demanda de 60 familias".
La comunidad se encargó de construir el pozo y las líneas de transmisión del agua.
"En una de las visitas, tuve la oportunidad de hablar con uno de los líderes de esa localidad y me contó que las enfermedades se habían reducido y que se sentía como en la ciudad por el solo hecho de abrir la llave y tener agua en su casa", contó Lacayo.
Según el representante de Ecami, en comunidades muy aisladas es más barato y sencillo llevar paneles solares que llevar una red eléctrica.
Por otra parte, los sistemas de energías renovables no generan efectos negativos en el medio ambiente.
"Con cada panel solar que instalamos en un área rural, se ahorran derivados del petróleo y se minimiza la destrucción de bosques".
Un centro turístico en la isla de San Fernando utiliza energía solar para su funcionamiento.
Nicaragua, al igual que Estados Unidos y las demás naciones centroamericanas y caribeñas, sufren las consecuencias devastadoras de las temporadas de huracanes.
"En las emergencias siempre es positivo contar con fuentes de energía independientes. Durante los huracanes, las redes eléctricas son las primeras que se caen. Por eso es que la energía solar es muy confiable".
Pero ¿cómo funcionan los sistemas solares en días nublados?
"Diseñamos los sistemas solares sobre la base de los mapas solares del país y tienen que tener energía almacenada para que duren tres días, prescindiendo del sol".
Según Lacayo, durante el huracan Mitch, en 1998, los sistemas solares continuaron funcionando. De hecho, señaló, en desastres naturales los organismos de rescate cuentan con sistemas de radiocomunicaciones con paneles solares.
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