Diente de León, o Achicoria amarga (Taraxacum officinale).
Más conocida (y muy injustamente) como “mala hierba” posee una asombrosa variedad de propiedades beneficiosas para la salud. Crece silvestre en la mayor parte del mundo. Sus hojas, que pueden tomarse en ensalada han sido utilizadas como remedio diurético, y eran recomendadas en las obras de médicos árabes del siglo XI, y en un herbario, escrito por los médicos de Myddfai, Gales, en el siglo XIII.
Un estudio médico publicado en la revista Planta Medica, en 1974, confirmaba que las hojas del diente de león tienen propiedades altamente diuréticas, ayudando en el tratamiento de la tensión alta ya que reduce el volumen de fluídos en el cuerpo. A diferencia de otros muchos diuréticos que provocan pérdida de potasio las hojas de esta planta contienen altos niveles de éste.
Otro estudio alemán publicado en 1959 mostraba que la raíz tienen una acción limpiadora importante en el hígado y la vesícula, previniendo la formación de cálculos y ayudando a disolver los ya formados, estimulando la producción de bilis, y favoreciendo la eliminación constante de toxinas y productos de desecho debidas a infección o contaminación. Todas estas propiedades la hacen adecuado en el tratamiento de problemas dermatológicos como el acné, el eczema , la soriasis y afecciones artríticas como la osteoartritis y la gota.
Remedio:
Hacer infusión con las hojas y tomar hasta 3 tazas al día. También puede tomarse en forma de pastillas.
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