
El mandatario propone que el presupuesto del Departamento de Defensa sea de 533.700 millones de dólares, lo que equivale a un aumento del 4% en relación a las cifras de 2007.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, propuso aumentar levemente el presupuesto de Defensa para el año fiscal 2010, si bien advirtió sobre un eventual recorte en la compra de sistemas de armas de altos costos.
El mandatario propone que el presupuesto del Departamento de Defensa sea de 533.700 millones de dólares, lo que equivale a un aumento del cuatro por ciento en relación a las cifras de 2007.
A dicha suma se añadirían 130.000 millones de dólares que estarán dirigidos a sufragar los gastos de los conflictos de Irak y Afganistán. Otros 75.500 millones de dólares estarán destinados a costear gastos bélicos durante el ejercicio fiscal 2009, que finaliza el 30 de septiembre.
Obama se pronunció a favor de recortar los gastos en sistemas de armas de alto costo de la época de la Guerra Fría, que tienen poca utilidad en los actuales conflictos.
El anuncio desató las especulaciones de quienes trabajan en el lucrativo sector de Defensa sobre cuáles serían los armamentos que se podrían ver afectados por la medida.
Uno de los equipos cuestionados podrían ser las naves de aviación de la Fuerza Aérea F-22 Raptor, que fueron diseñadas durante la Guerra Fría y entraron en funcionamiento en 2005. La unidad cuesta 140 millones de dólares.
En lugar de dichos aviones, el Pentágono podría adquirir el modelo F-35 Joint Strike Fighter (JSF).
Hasta el momento ya se han entregado más de 100 unidades de F-22 de las 183 planeadas. La administración de Obama deberá decidir en los próximos meses si continuará encargando la producción de este modelo a la empresa Lockheed Martin o si ordenará la suspensión de la producción.
Las opiniones son dispares. El secretario de Defensa Robert Gates señala, a diferencia de las Fuerzas Aéreas, que la cantidad de F-22 será suficiente.
Quienes critican la compra de estas naves, por su parte, señalan que el hecho de que Estados Unidos participe en la lucha contra el terrorismo en Afganistán y otras regiones de Asia no justifica la compra de equipos tan costosos.
Un recorte en la compra de F-22 podría suscitar debates entre el gabinete y los legisladores, que afirman que suspender la producción podría generar una gran pérdida de empleos justamente en un momento en el que la crisis financiera ya ha generado un importante aumento de las tasas de desempleo.
El presidente deberá decidir los reclamos de quien atiende primero, si de los millones de víctimas de una crisis provocada por la avaricia los empresarios, el descontrol del estado y especulación de los mercados, o los de aquellos que son parte de una industria que en los últimos años ha facturado millones fabricando muerte. Allí tendrá una buena oportunidad para demostrar su voluntad de cambio.
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