LA REVOLUCION PSICOLOGIA:
OBJETIVOS


Cada acción o actividad tiene su OBJETIVO.
Estamos acostumbrados a ver suceder los hechos que más tarde calificamos como injustos o aberrantes, pero en el momento de presenciarlos o conocerlos nos parecen bien. Todos nuestros hábitos culturales están orientados a aparentar… y esos mismos hábitos contienen un objetivo muy sutil, pero que no es nuestro.
Buscar el objetivo de cada situación que nos incumbe es el ejercicio de darnos cuenta en qué consiste lo que está mal (no una culpa) y cómo debería ser para considerarlo bueno o correcto.
En nuestra sociedad tenemos el objetivo personal de cada individuo, el objetivo colectivo de cada grupo que integra (familia, escuela, empresa y país) y a la vez, una desazón por la falta objetivo real para uno mismo, porque solo actuamos en un juego social que no es nuestro.
Las reglas sociales nos fijan una serie de tareas que cumplimos para estar integrados, pero que no son objetivos propios; un empleo, por ejemplo, lo cumplimos para cobrar un sueldo a fin de mes que nos permita “vivir” durante el próximo. Puede sumarse la finalidad de buscar un ascenso, o un prestigio, o ser accionista de la empresa, pero todos esos objetivos quedan afuera de la persona, y sí, suman esfuerzos al éxito de la empresa.
Perseguimos objetivos INDIRECTOS durante toda la vida.
Por ser mentira (lo que creemos), por ser erróneos (aprendemos conceptos equivocados), por confusión (aprendemos conceptos contradictorios) y por omisión, como la muerte y la vida interna.
Los objetivos indirectos nos resultan directamente intrascendentes, vacíos. Y nuestra vida queda vacía cuando perdemos alguno de ellos, (el trabajo o una persona del ambiente íntimo).
La Naturaleza muestra en sus series evolutivas una meta permanente de mejoramiento. Nosotros somos parte de esa Naturaleza y por consiguiente compartimos el objetivo de mejorar.
Ahora, ¿qué cosa de nosotros notamos que esté en proceso de mejoramiento? Si nos atenemos a lo orgánico podríamos decir que tenemos un cuerpo físico de una especie muy adelantada, pero que no puede ser objetivo de esta vida mejorarlo en forma natural. Si nos fijamos en lo mental, podemos asegurar que tenemos mucho para aprender y eso significa tener un objetivo de largo aliento por delante.
*Fragmento del libro de Luis Alberto Alvarez.

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