
El inmaculado verde fútbol de su cancha.
El Manchester y su clásica combinación rojo blanca en la indumentaria.
La Roma tan sobria como una elegante dama vestida toda de negro para una gala.
La nota discordante de Van Der Sar como un hombre azul que no llega a desentonar.
Dodi y el árbitro que fueron a la misma fiesta con el mismo modelo.
Se cruzaron una vez y nunca más al ver que ambos estaban de amarillo y negro.
Panucci es la imágen del gladiador romano que no puede parar de luchar.
De Giggs como de Harry Potter los fanáticos siempre esperan una más.
Brown se equivocó y le hizo un penal a Mancini en el minuto 36.
De Rossi la cuelga de una nube y pide que se lo trague la tierra.
Es tán perfecto que a la hora de meter la pata, tambien la meten bien.
Paletti que gesticula mucho y ordena poco.
Fergusson que se para, grita y hurga dentro de su nariz sin perder el estilo escocés.
Y el público, tan cercano, correcto y abrigado en la noche primaveral de Old Trafford
Manchester - Roma, la Champions League y todo su brillo.
¿Con tamaño espectáculo, importa el resultado?
¿Quien de un partido así no se queda prendido?.
Si hasta Carlitos Tevez parece más lindo.
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