LA REVOLUCION PSICOLOGICA:
EL TRABAJO Y LA RIQUEZA


Todas las integraciones sociales que conocemos tienen un funcionamiento general de clases, tareas o jerarquías; no importa como lo llamemos, en todos los casos se repite el modelo pequeño de que unos deciden y mandan y otros obedecen y hacen.-
Observando cada una de las estructuras podemos ver que los que deciden son pocos y los que hacen son la mayoría. Otro detalle importante del funcionamiento es que esos pocos y los muchos presentan una característica diferencial en el sentido de los resultados independientes: los primeros representan la teoría, lo abstracto, un sistema, y su resultado se aplica a la mayoría, mientras que la mayoría es lo práctico, lo concreto, los hechos y el trabajo resultante del conjunto.-
A pesar de que el producido útil surja del grupo mayoritario, no podemos decir que por sí mismo sea un sistema, ya que le falta la teoría para estar completo.-
Sí, podemos entrever el origen de todas las injusticias que conocemos, a través de ese análisis básico. También podemos ubicar el origen de las intenciones justicieras de los gremios y demás asociaciones civiles ante la injusticia elemental de mando y obediencia sin justificación social. Solo es justificada arbitrariamente, por la fuerza o por la ley.-
Desde antes, los partidos tradicionales de derecha utilizaron el discurso social o socialista para la obtención de los votos. Solo el discurso; la teoría.-
Los partidos políticos de izquierda han tomado esta búsqueda de justicia, de la gente hacia un entendimiento social, como bandera para obtener el apoyo de la mayoría, pero sin la propuesta teórica para convertirlo en sistema.-
Para llegar a ello hay que profundizar un poco más en el análisis del grupo compuesto en que estamos. Es compuesto porque el sistema jerárquico produce una separación que ya vimos y llamamos injusticias pero a la vez es integrado porque contiene teoría y práctica; dirección y trabajo; organización y resultados.-
Lo abstracto de lo primero y lo concreto de lo segundo hacen notar en primer término, que unos lo viven muy fácil y liviano mientras a los otros les toca una parte pesada sin posibilidad de alternarse… y en segundo lugar que la administración de cada conjunto es llevada por los primeros, en privado, lo que aumenta la diferencia creando casi una ficción: quien trabaja más liviano es rico.-
Así, lo más ilógico de esta revisión es lo que vivimos como realidad: se rinde culto al trabajo y el que trabaja menos se hace rico.-
Si el sistema compuesto nos convierte en una sociedad cuyos individuos se miran de reojo, tendríamos que separar lo bueno de lo nocivo, tanto de la teoría como de la práctica y lograr una sociedad amable, franca y auténtica.-
Si sopesamos la teoría del sistema jerárquico, sobre todo por los resultados caóticos a que hemos llegado como sociedad, debemos descartarla por antihumanitaria. El subsistema económico corre la misma suerte por ser el medio que permite generar las diferencias.-
Entonces nos queda la parte organizativa, que se aplica a la mayoría para que ésta produzca sus resultados.-
Si repasamos la función de la mayoría, veremos que se mueve según las reglas que le marcan y a impulso de los intereses creados por el subsistema económico.-
En la masa trabajadora hay una aceptación implícita de igualdad en el sentimiento de impotencia en el estado de sumisión, que en algunos casos se ha dado como colaboración de grupos incentivados por esa buena intención de formar parte de la familia (empresa), que imita al discurso político.-
Tanto el discurso de los políticos como el verso de los empresarios sirven para mantener a las masas sometidas pacíficamente: lo conocemos como el cuento del tío y como estafa, que son estilos de ROBO sin mano armada.-
La intención solidaria que se muestra en las malas, es el producto interno de la gente, su necesidad interior de ser sociables para hacer una sociedad. Pero las malas, son situaciones que nos vienen provocadas por la teoría que recibimos de arriba. Las malas son las reglas sociales que indican poner la otra mejilla permanentemente, sin darnos cuenta que esta misma sumisión disfrazada de humildad o de buena educación fomenta el orgulloso y presuntuoso poder de los pocos. Todo un panorama de injusticias.-
La justicia que busca el ser humano es la justicia social y si la teoría de los gobiernos, empresas y religiones no nos llevan a eso, veamos lo que sucede en el interior del comportamiento de las masas para formular una teoría social y unificadora con tendencia al avance del mismo ser humano.-
Toda vez que la gente se ha ayudado (por catástrofes naturales, o problemas de vecinos o familiares) se han olvidado las calificaciones y clasificaciones sociales para ser humanos ayudando a otros de su misma especie. Cada uno dispondrá de varios ejemplos conocidos para aportar a lo antedicho.-
El proceso jerárquico de la humanidad occidental, que está en vías de culminar, tuvo su pico de poder absoluto durante la época de los Estados Papales, teniendo en sus manos el dominio religioso y el poder político.-
Esta presión social sobre las poblaciones era generadora de un estado de ebullición continua como resistencia a semejante situación.-
A pesar de que no significó una paz social para nadie, la institución al mando marcó a fuego costumbres y tradiciones que fijaron el modelo jerárquico en nuestras mentes mediante dogmas que sacralizaban clases sociales.-
Ni los dogmas sagrados fueron capaces de contener a la evolución natural y a pesar de los esfuerzos por mantener la ignorancia popular, el poder total hubo de desmembrarse en poder religioso y poder político.-
Aunque el orden jerárquico continuara teniendo a los religiosos al tope de la pirámide de poderes, su división significó el acceso de más gente a escalones intermedios que antes no existían.-
Este proceso de disgregación del poder total original ha llegado a nuestra época con términos como “democracia” y “socialismo” tendientes a su desaparición pero que, debido a aquellas reglas sagradas conservadas por las costumbres, tradiciones y programas educativos han sido puestas en práctica como esquemas jerárquicos o de autoridades.-
Por Luis Alberto Alvarez.

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