EL CODIGO Y EL HOMBRE EN LA LUNA


Pasé toda una semana junto a Eli Rips, trabajando codo con codo en su ordenador. Le pedí que buscara cosas relacionadas con acontecimientos mundiales corrientes, con un cometa que acababa de ser avistado, con datos científicos modemos; una vez tras otra, el Antiguo Testamento aportaba la información requerida. Y cada vez que recurríamos al texto de control, la traducción hebrea de Guerra y paz, la información no aparecía. Estaba en la Biblia; en otros textos no.
Durante aquella semana, así como en mis seis subsiguientes estancias en Israel y a lo largo de cinco años de investigación personal, fuimos encontrando diez, luego cien y finalmente mil acontecimientos actuales codificados en la Biblia. En ocasiones, si el titular del New York Times o el Jerusalem Post era lo bastante relevante, no resultaba descabellado dirigirse al código, pues allí, en un documento escrito tres mil años antes del suceso, éste aparecía anunciado con pelos y señales.
La información demostró, una y otra vez, ser tan precisa como la de los artículos de los periódicos: nombres, lugares, fechas, todo tipo de datos codificados a lo largo y ancho del Pentateuco, desde el Génesis hasta el Deuteronomio. Y a veces incluso aparecía antes de que ocurriesen los hechos.
Seis meses antes de las elecciones presidenciales de 1992 en Estados Unidos, el código vaticinó la victoria de Bill Clinton. Conectado a «Clinton» se leía su futuro car­go, «presidente».
La más reciente de las sacudidas políticas de la historia norteamericana, la caída de Richard Nixon a raíz del escándalo del Watergate, también está codificada en la Biblia. «Watergate» aparece junto a «Nixon» y el año de su dimisión forzosa, 1974. Cerca de «Watergate», el código oculto plantea una pregunta: «¿quién es él?», y responde: «presidente, pero fue destituido».
La Depresión está codificada en relación al crash del mercado de valores. «Colapso económico» y «depresión» aparecen juntos en la Biblia, y también la palabra «valo­res». El año en que empezó todo, 1929 («5690»), completa la información.
Pero también están codificados los triunfos del hombre, como por ejemplo el alunizaje. «Hombre en la Luna» aparece junto a «nave espacial» y «Apolo 11». El código menciona incluso la fecha exacta en que Neil Armstrong pisó la superficie lunar por pnmera vez: 20 de julio de 1969.
También las célebres palabras de Armstrong, «Es un paso pequeño para un hombre pero un paso de gigante para la humanidad», tienen su eco en el código secreto. Allí donde consta la fecha del magno acontecimiento, una frase entrecruza la palabra «Luna»: «hecho por la humanidad, hecho por un hombre».
Todo esto y la referencia concreta a la «Apolo 11» se encuentran en el pasaje del Génesis donde Dios le dice a Abraham: «Mira el cielo y cuenta las estrellas, si puedes contarlas.»
(Fragmento de El Código Secreto de la Biblia)

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